27 de diciembre de 2019

La Jora de Amorgós



¿CUÁNTAS CAPILLAS CONVIVEN EN LA JORA?    

La Jora es un rosario de capillas.
Mientras recorro las intrincadas calles
escalón a escalón, hago inventario:
tras cada esquina hay una,
en las plazas un mínimo de dos,
y algunas más que habitan por las lindes del pueblo.
Las hay grandes, pequeñas y minúsculas;
son únicas, mellizas o trillizas;
las principales tienen culto diario,
las hay que han de esperar a su patrón,
y otras han sido desacralizadas;
pero todas conservan
la cruz que las distingue y su envoltorio blanco.

En un paréntesis de cuentas, cuento
que el domingo pasado, en la Metrópolis
oficiaba un obispo, de venerable edad
con báculo, tiara y varios ayudantes,
una misa cantada, bien cantada,
entre parafernalias y ortodoxias.
Y digo yo que sí, que todo o nada;
la religión conviene con los signos externos,
que albergan al misterio y eluden raciocinios,
como en nuestros lejanos tiempos de oficios en latín.

Volviendo a lo que iba, al inventario,
conté unas veinticinco, lo que es mucho
por cada feligrés, pues el pueblo es pequeño.
Mejor, así las almas pías
tienen más protección divina por cabeza
y las nuestras, desde el respeto agnóstico,
disfrutan de la Jora, que resiste al turismo,
por sus calles y plazas cuajadas de capillas,
que conviven con tiendas y tabernas,
como convive el alma alojada en el cuerpo,
en esa conllevancia que en este caso suma.

Ricardo Fernández Esteban
Poeta y prosista español, nacido en Barcelona.

(Texto y fotografía © Ricardo Fernández Esteban)

No hay comentarios:

Publicar un comentario