TOSCANA INDICAZIONE GEOGRAFICA TIPICA
Aldeas y fincas dispersas como gorras pasadas
de moda, que se esparcen por las cimas de las colinas.
¿Fue la austeridad campesina por cultivar la tierra en valles
la que determinó la ubicación? ¿El miedo a un invasor anónimo o al agua
despiadada y dominante? ¿El deseo de dormir más cerca de Dios
por la noche, o el orgullo montañés y el gusto por los sabores
intensos (del aire, el amor, la albahaca y el romero)?
Tras las veladas contraventanas, Rivalto y la tierra entera
se secan bajo el bochorno como una aceituna clavada en un alfiler o nube
amarga.
Cerros color almendra y canela, y sobre ellos, inmóviles
velas de escarpadas terrazas, relucientes como por Navidad.
Aquí los únicos residentes son la paciente arenisca, el sol
brumoso y los espíritus de los gatos. Las vides se arraigan
en las profundidades de la tierra, arrastrando las voces de cigarras,
las piedras rosas y las resinosas cuerdas de pino, llenas de melancólicas
melodías. Antes de que te duermas, creerás en el amor verdadero,
rozando la plateada capa de su senda de frutas y pan.
Después el día, la luz del rojo y el negro, esa luz como el humo del aceite más
denso...
Reflejándose en el ojo de una lagartija un violín, una viola, una pandereta
el infinito entero y una violenta e incontenible
alegría. Tiene un sabor húmedo y verde y una tranquilizadora superficie
lisa como el hielo. Suavemente nos incita a despertar temprano,
antes que los demás y, sin despedirnos de nadie, partir.
No dejar nada, tan solo el sabor a viento y mar
de una conversación interrumpida. Después, cultivar
en ti los ardientes colores del tacto y la pasión del olvido.
Y no volver jamás. Existir
en las alas de un tordo.
Jan
Polkowski
Poeta, prosista y
publicista polaco nacido en Bierutów en 1953.
Versión de Amelia Serraller
(Fuente: Cantus. Ediciones Facta, Madrid, 2019.)