7 de julio de 2021

Cartagena de Indias


A CASA DE GARCÍA MÁRQUEZ EN CARTAGENA:
LA PUERTA CERRADA, EL DUEÑO NO ESTÁ

La puerta está cerrada, el dueño no está.

Estamos ante la casa de Gabriel García Márquez en Cartagena de Indias

y estamos intentando medir cuánta distancia hay

de sus recuerdos de Aracataca y cuántos Macondos caben en un pulmón.

En algún lugar ahí, más allá del mar,

Márquez acaso vuelve en este mismo instante de un masaje

y se pone a trabajar en el último análisis del proyecto

para la construcción de una nueva fábrica de silencio en Macondo,

ya que, por lo visto, la época de revueltas y relámpagos llega a su fin.

Además, en silencio se duerme mejor y se sueña más.

Quizá justo ahora, más allá del mar,

Gabriel García Márquez esté furioso por haberse manchado de nuevo

comiendo helado de chocolate

o esté mordiéndose la uña del dedo índice izquierdo

porque el editorial de Cambio no es de su gusto,

y si se acostumbra la gente a leer malos editoriales

se acostumbrará a leer malos libros también,

se llenará de maldad su mente, o sea su vida.

Claro está, hoy también es lunes

en la costa frente a la casa de García Márquez en Cartagena de Indias,

hoy también cantan dos gallitos y aturden a José Buendía

además, se creen que los gallitos que se encuentren en la orilla del mar

un día se volverán gaviotas, refinadas y elegantes,

que en un dado momento no perderán la oportunidad

de cagarse en la cabeza sucia de José Buendía.

En alta mar se está meciendo un barco relleno de desesperados,

como manchas de petróleo se esparcen los malestares y las desgracias.

Aunque no queda del todo claro si los desesperados están en alta mar

o en algunas de las novelas del comienzo del siglo veintiuno,

Gabriel García Márquez, si estuviera en el patio de la casa en Cartagena,

sin duda les gritaría que el que tiene muchas estrellas, también pierde otras tantas,

Gabriel García Márquez, un poco decaído y muy jadeante,

asimismo, recordaría sin duda sus putas tristes,

abriría la cajita de los demás recuerdos,

por regla general pelaría un plátano de las plantaciones de Aracataca,

ah, desde Aracataca, sin más ni más, hasta la cima del propio sufrir

–ojalá no se vuelva este mundo un pequeño crematorio para sueños grandes.

Risto Lazarov
Poeta macedonio nacido en Štip en 1949.

Versión de Igor Popovski

(Fuente: K. Kulavkova (Ed.): Cartografía del fuego. 14 poetas macedonios contemporáneos. Uniediciones, Bogotá, 2019.)

(Foto © Rose Viaja)

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