31 de diciembre de 2020

Noranda

Un aspecto de la cuenca minera de Noranda en la década de 1950.
(Fuente: Jonathon Reed)

En pleno corazón de Noranda en la tarde
El sol lanza sus rayos sobre nuestros cabellos
Françoise me lleva a su casa
Las moscas verdes están instaladas
En los olores de mierda y de basuras
Las mejillas encendidas corremos
Entre los rieles
En pozas de aceite
Huele a arena grasosa el remanente en la nariz
Es el norte del verano
Los tábanos zigzaguean en el trébol
Los capturamos en frascos
El gas de la mina nos envuelve de un golpe
Nos agarra la garganta.

«El sol volvió arrugado
Al patio de arena bruta
Las piernas colgando del balcón
La espalda clavada en el papel ladrillo ardiendo
Contemplamos las chimeneas
Rectas disparejas en el cielo
Eternas y sólidas
Llegan como ladronas
A la hora que menos lo esperamos
Arrojan su nube azufrada
Sobre nuestros cabellos sobre nuestra piel
Yo atrapo un saltamontes
Trafico la eternidad
Para que haga un poco de melaza
En la palma de mi mano»

Ella es un paisaje de verano
Con un poco de rosado
Alrededor del enrejado
Las moscas paran de volar
Sus alas están atrapadas
En un pliegue del cielo
Las dientes de león
Le sirven de sol
Las voces en el columpio
Le dicen Anda afuera está bonito
Pero ella se estira en el invernadero
Con cintas
Alrededor de su cerebro

Louise Desjardins
Poeta, narradora y crítica literaria canadiense de expresión francesa,
nacida en Rouyn-Noranda (Quebec) el 2 de enero de 1943.

Versión de Alfredo Lavergne

Este poema está ambientado en la ciudad natal de la autora, enclavada en una zona minera
del norte de la provincia canadiense de Quebec.

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