La iglesia de San Pablo, en Valladolid, de estilo gótico isabelino.
(Foto © Cultura
y Turismo de Valladolid)
VALLADOLID
Esta nostalgia es un espejo más en el templo de San Pablo
al que solo tienen acceso los infieles de la memoria;
los que no perdonaron nunca los relojes ni los días.
al que solo tienen acceso los infieles de la memoria;
los que no perdonaron nunca los relojes ni los días.
Esta ciudad no conoce la tenue lucha del alma
contra el cuerpo que la encierra, casi sin intención,
entre las cuatro paredes de ese mundo frío.
contra el cuerpo que la encierra, casi sin intención,
entre las cuatro paredes de ese mundo frío.
Sus calles y ventanas son nidos de gárgolas antiguas,
acertijos de una noche sin amo, nunca descrita en libros;
el perdón de un idioma ideal para el pecado.
acertijos de una noche sin amo, nunca descrita en libros;
el perdón de un idioma ideal para el pecado.
Valladolid no conoce el leve amanecer en su garganta,
ese amargo roce de una distancia que levita
sobre sus aceras, como un viejo caminante sin camino.
ese amargo roce de una distancia que levita
sobre sus aceras, como un viejo caminante sin camino.
De esa nostalgia solo algunos enterados
aprendieron a cómo salir ilesos,
sin un pasado carcomiéndoles los talones,
sin un futuro recio atormentando sus ternuras.
aprendieron a cómo salir ilesos,
sin un pasado carcomiéndoles los talones,
sin un futuro recio atormentando sus ternuras.
La iglesia permanece cerrada esta tarde:
Una voz en su interior
insiste en blasfemar
contra las horas.
Una voz en su interior
insiste en blasfemar
contra las horas.
Byron Ramírez Agüero
Poeta costarricense nacido en 1997.
Poeta costarricense nacido en 1997.
(Fuente: Campo de Plumas.)
¡Gran gran poema!
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