18 de julio de 2020

Alaska

Imagen invernal de Barrow, en el noroeste de Alaska.
(Foto © SkyData)


En Alaska, el universo que han construido
para que puedas resguardarte del frío polar
es tan sereno como el desierto después
del mediodía. Ahora las puertas despintadas
crujen en los vaivenes del viento y están
con las llaves colgadas a la espera como
si alguien –de verdad– quisiera recibirte.
Quizás no varíe la escena pero estás solo
como no lo estuviste nunca, y recordás
el preciso instante –la energía en tu brazo–
cuando arrojaste las llaves de tu casa
y supiste –como si un rayo te atravesara–
que ya no podías volver atrás. Alguna vez
podrás decir que tuviste –al menos– una
certeza: ese día de agosto de dos mil nueve
Alaska se demoró en tu cuerpo y se impuso
como la próxima parada de un largo viaje
después del abandono de tu casa materna.

Juan Pablo Bonino
Poeta y docente argentino nacido en Buenos Aires en 1984.

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