Holland Street, en Kensington.
(Foto © Qverlondres)
KENSINGTON
La luz de estío
nórdico es inmensa
—y aquellas tardes que no mueren nunca.
Tal la paz de después. Cuando ellas dicen
casi el viejo secreto que buscamos siempre
por sendas nuevas.
Y ella habla, y me cuenta
las imágenes que con ella recorren su camino:
su camino, tan lento, por donde la conduzco
hasta la cima.
“Siempre creo que me transformo.
Nunca sabrás las cosas que me haces creer,
cuerpo mío. Una vez yo fui Kensington,
esa extensión de calles tortuosas,
llenas de luz sin sol. Y hace un momento
te digo que me he vuelto una flor amarilla.”
Imágenes florales me son fáciles.
Du bist wie eine Blume, y en la mano
tengo aún el recuerdo de una flor carnívora,
la cosa que se abre hasta una flor
de húmeda carne, la corola abierta
vasta increíblemente, para que yo, insecto,
me entregue. Digo:
“Te conviertes en flor,
y hacia aquí todo el cuerpo te sube”.
Me equivoqué. Luz pura. Todos los dibujos
que sé calcar, no sirven. Y corrige:
“No, no cuenta esa flor. Era del todo
amarilla. Te me he vuelto una flor amarilla”.
—y aquellas tardes que no mueren nunca.
Tal la paz de después. Cuando ellas dicen
casi el viejo secreto que buscamos siempre
por sendas nuevas.
Y ella habla, y me cuenta
las imágenes que con ella recorren su camino:
su camino, tan lento, por donde la conduzco
hasta la cima.
“Siempre creo que me transformo.
Nunca sabrás las cosas que me haces creer,
cuerpo mío. Una vez yo fui Kensington,
esa extensión de calles tortuosas,
llenas de luz sin sol. Y hace un momento
te digo que me he vuelto una flor amarilla.”
Imágenes florales me son fáciles.
Du bist wie eine Blume, y en la mano
tengo aún el recuerdo de una flor carnívora,
la cosa que se abre hasta una flor
de húmeda carne, la corola abierta
vasta increíblemente, para que yo, insecto,
me entregue. Digo:
“Te conviertes en flor,
y hacia aquí todo el cuerpo te sube”.
Me equivoqué. Luz pura. Todos los dibujos
que sé calcar, no sirven. Y corrige:
“No, no cuenta esa flor. Era del todo
amarilla. Te me he vuelto una flor amarilla”.
Gabriel Ferrater
Poeta, critico, traductor y lingüista catalán, nacido en Reus el 20 de mayo de 1922.
Se suicidó en Sant Cugat del Vallès el 27 de abril de 1972.
Poeta, critico, traductor y lingüista catalán, nacido en Reus el 20 de mayo de 1922.
Se suicidó en Sant Cugat del Vallès el 27 de abril de 1972.
Versión de José Agustín Goytisolo
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