SANTORINI
Asómate si puedes al mar
en sombras, olvidando
el son de flauta para los
pies desnudos
que pisaban tu sueño en
otro tiempo, tiempo devorado.
Graba si puedes en la
última de tus conchas
nombre, lugar y día
y arrójala después a las
fauces del mar.
Desnudos nos hallamos
encima de la piedra esponjosa,
contemplando las islas
que surgían,
mirando sumergirse las
islas coloradas
en su propio soñar, en
nuestro sueño.
Estábamos aquí, desnudos,
sosteniendo
la balanza inclinada
en pro de la injusticia.
Talón de poderío,
voluntad inmaculada, meditado amor,
designios que maduran
bajo el sol de mediodía,
sendero del destino al
ritmo de las manos jóvenes
que palmean sobre los
hombros;
en el país disperso,
despojado de toda resistencia,
en el país que ayer
apenas era nuestro
húndense las islas, orín
y ceniza.
Altares demolidos
y amigos olvidados,
hojas de palmera entre el
fango.
Deja si puedes que tus
manos viajen
aquí, confín del tiempo,
en el navío
que ha visitado el
horizonte.
Los dados ya sobre la
losa,
ya que la lanza dio con
la coraza,
reconocido por el ojo el
extranjero,
y el amor desecado
en almas como cribas;
cuando miras alrededor y
encuentras
en torno a ti los pies
segados,
en torno a ti las manos
muertas,
en torno a ti los ojos
entenebrecidos;
cuando ya ni siquiera
puedes elegir
la muerte que quisiste
tuya,
morir oyendo un grito,
fuera un grito de lobo,
cual es tu derecho;
deja que tus manos
viajen,
despréndete del tiempo
desleal
y sumérgete dentro del
océano;
habrá de sumergirse quien
sustenta las enormes rocas.
Yorgos Seferis
Poeta griego, nacido en Esmirna (Imperio otomano) el 13 de marzo de 1900. Murió en Atenas
el 20 de septiembre de 1971. En 1963 le fue otorgado el premio
Nobel de Literatura.
Versión
de Jaime García Terrés
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