11 de diciembre de 2019

Barcelona & Acapulco



CON JOAN MARGARIT EN EL CAFÉ DE LA ÓPERA

“A lugares hermosos, donde fuiste feliz,
si anochecen los años, si demora el reloj,
si por nada o por Cristo, es mejor no volver”,
oía a Joan Margarit en el Café de la Ópera.
Veía la Rambla, el Teatro del Liceo.
El tigre del otoño, con uñas feroces,
desgarraba el follaje de los plátanos.
“No te equivoques. Deja que
lo bello, si fue, se transforme en alma”.
Y como furiosa luz me volvieron
días azules y ocasos amarillos e índigos
del mayo del ‘71 en Acapulco,
con amigos joviales y jóvenes soleadas
en casas de alegría explosiva, o
en largos litorales de arena ardiente, o al lado
de piscinas donde el deseo quemaba a la mujer, o
en la fuga de coches velocísimos en la ancha costera, o
bailando en la pista –con música de estrépito–,
del círculo del Boccaccio o del Tequila a Go Go.
“Yo tenía 22 años, y todo el ímpetu ciclónico
en las aguas ribereñas y en la tierra firme.
¿Sabes, Joan? Desde aquel entonces
no volví a Acapulco. Desde aquel entonces
no quise recobrar aquel entonces”.
Barcelona, 2009

Marco Antonio Campos
Poeta, prosista, ensayista y traductor mexicano, nacido en la Ciudad de México 
el 23 de febrero de 1949.
(Fotografía © La Vanguardia, Barcelona)


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