NO HAY RUISEÑORES EN NICOSIA
Ahí estamos, los autores no tan anónimos posicionándonos en el círculo
lavanda, realeza, la historia de él, eclecticismos centrales
construyendo relaciones, alta sociedad, huellas de cuento de hadas
una habitación con vista
un derviche danzante mancha la pared del otro lado
en tierra de nadie, una torre de vigilancia que no vigila ni a la tierra ni a
nadie
una ciudad perfectamente circular marcada por la historia de él de nuevo
la
historia de ella frota sal en su bebé
la historia de ella parece perdida en la traducción
la historia de ella derrama lágrimas saladas
la fe coloca a la gente en cajas
terneros para ser conducidos
al altar de la matanza
para ser puestos en cajas de nuevo
los
clavos martillean
las tapas se cierran
opciones más baratas
de composta humana
las brújulas morales giran
vayan a advertir a las mujeres
“¡sean madres en duelo!” de nuevo
las
puertas del infierno se abren lentamente
por los brazos de los hombres tuiteando
dentro se vierte la munición almacenada
fuera se enjambran los mortales en la miseria
los gritos en las pantallas están debidamente documentados
dolores publicados en páginas de perfil
empatía es una distancia que salvar
pero
no hay ruiseñores en Nicosia, esta noche
excepto en el bar de karaoke
gritamos en las pantallas y hacemos selfies de nuestras transmisiones
nos olvidamos, festejamos, somos estrella de un minuto
vimos, dimos, discutimos y saludamos
olvidamos nuestros miedos en un frasco para el duelo
caminamos dormidos en el genocidio de nuevo
Philip Meersman
Poeta
y performer belga en lengua neerlandesa nacido en Sint-Niklaas (Flandes
Oriental)
el 5 de mayo de 1971.
Versión
de Pilar Rodríguez Aranda
(Fuente: Festival de Poesía de Medellín.)
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