Yo me sentía un extranjero más en Eindhoven
y ella no parecía más conmovida que yo
en aquella durísima temporada de invierno.
“Guten tag”, dijo su gafete
sin mover los labios cuando me le acerqué en la barra de la estación.
En el ruido predecible del tren se escondieron ligeramente
las palabras.
¿Puedo decir que en verdad la conocí?
Tenían sus cachetes la dura quemazón de los países bajos.
Ahora los árboles habrán crecido y serán de nuevo
interminables.
Le pedí el café más oscuro que pude conseguir por 2 €.
La boletera me despidió con un “Gute Reise, Amerikaner” para el camino.
Esto sucedió en Eindhoven.
Manuel Parra Aguilar
Poeta y prosista
mexicano nacido en Hermosillo (Sonora) en 1982.
(Fuente: La Raíz Invertida, 2020.)
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