10 de marzo de 2020

Heidelberg

El castillo de Heidelberg, grabado de Friedrich Rottmann (hacia 1800).


HEIDELBERG

Mi antiguo y largo amor quiere, para su gozo,
llamarte madre, dándote una canción sin arte,
a ti, de las ciudades patrias
la más bella que vi en los campos.

Como el ave del bosque vuela sobre la cumbre,
tal sobre tu reflejo en el río se cierne
el puente, leve y poderoso,
sonoro de hombres y carruajes.

Acaso por los dioses enviado, un hechizo
me encadenaba al puente cuando lo atravesaba,
y me mostraba en las montañas,
incitante, la lejanía.

El río adolescente se perdía en el llano,
gozosamente triste, como el corazón, cuando,
harto de su belleza, quiere
hundirse en el cauce del tiempo.

Le habías dado fuentes, frescas sombras cubrían
al fugitivo, y le iban las orillas mirando
pasar, y llevarse en las ondas,
temblando, su amorosa imagen.

Mas sobre el valle pende gravemente el gigante
castillo, sabedor del destino, hasta el suelo
desgarrado por lluvia y viento;
pero el sol eterno ha vertido

la luz remozadora sobre su envejecida
corpulencia, y, ciñéndole, hizo verdear viviente
yedra, mientras amigos bosques
le envolvían en su murmullo.

Los arbustos bajaban floreciendo hasta donde
en el valle, el regazo del monte, o inclinándose
suaves, a la orilla, las calles
entre olor de jardines quedan.

Friedrich Hölderlin
Poeta y filósofo clásico-romántico alemán, nacido en Lauffen am Neckar 
(Ducado de Wurtemberg) el 20 de marzo de 1770. Murió en Tubinga 
(Reino de Wurtemberg) el 7 de junio de 1843.

Versión de José María Valverde

(Fuente: Francisco Rico: Mil años de poesía europea. Editorial Planeta, Barcelona, 2009.)

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