Estamos aquí, en
Labrador. Siempre había querido
estar aquí, especialmente contigo,
en esta cabaña, y el fuego alumbrando. Llevas
puesto un traje
Calvin Klein y yo visto
la chaqueta de terciopelo del esmoquin de mi padre. Nada más.
¿Por qué? Porque estoy contento. Y atento
al primer indicio
tuyo de que es hora de irnos
a la cama. Estos momentos previos al amor
son los más felices de mi vida. Me pregunto si
formaremos parte de
alguna predicción de lo que
el mundo pudiera ser en su mejor momento,
si en este frío paisaje libre de compras
nos dirigimos hacia
donde va el mundo.
O si somos parte del registro de lo ya
ido, un signo de las profundidades
en las que el mundo
se hundió. Tu lujoso traje,
mi chaqueta raída, esta cabaña sin agua
corriente, ni una estufa en condiciones, ni estéreo ni televisor
pudieran significar
tan solo una broma en la suma
final de los logros a reclamar
algún día lejano. Aun así, aquí estamos
y eso no pueden
quitárnoslo,
y si se ríen, qué importa, aquí estamos
felices en Labrador, bailando hasta el amanecer.
Mark Strand
Poeta, ensayista y traductor estadounidense, nacido en
Summerside (Isla del Príncipe
Eduardo, Canadá) el 11 de abril de 1934. Murió en
Nueva York el 29 de noviembre de 2014.
Versión de Jeannette
Clariond
(Fuente: Revista Altazor,
Chile.)
(Foto © Numeriza)
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