MORIR
EN CONCEPCIÓN
Nadie
teme morir donde se nace, menos,
si el lugar tiene el nombre del génesis
en el cual se concibe sin mácula/ al hijo del hombre.
Como
si fuera designación con denominador de origen:
La Concepción de María Purísima del Nuevo Extremo,
llamarse Concepción, alias Parturienta.
En
Concepción se aventura
hacia un cuarto oscuro-interior
nos guarda el silencio en su vientre
como una idea
para ser eterna partida,
en miles de orgasmos,
hasta gestarse conceptualmente
en un chasquido de dedos.
Hay
que sentenciarlo, Concepción ha sido el faro
y la lumbrera del viaje/ en esta barcaza de símbolos,
Concepción es la idea infinita/ rodeada de bohemia docta.
Nadie
teme morir donde se nace, menos, si alguien narra
la inmortalidad que Concepción reclama/ en la crónica roja,
pues nadie dará cuenta/ de nuestro obsceno anunciado
más que la concepción/ de nuestros preceptos visionarios:
Concepción
es el amor/ y nos ha visto parirla en el ocaso,
Tan solo para morir en ella/ y volver a nacer.
Alan Muñoz
Poeta chileno nacido en Talcahuano en 1977.
(Fuente:
Liberoamérica, 18.4.2020.)
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